–Abuelo, ¿cómo andás? Me imagino
que vas a ver el partido –le digo a mi abuelo por teléfono
–No, lo voy a escuchar en radio. No
lo pasan –me responde, medio desilusionado.
–¿Cómo que no lo pasan? Si vos
tenés cable y tenés el decodificador
–No lo pasan. Puse Fox Sports y dicen
que pasan otro.
–Pero abuelo, tenés que poner Fox
Sports +. Es otro canal
–Ahhh.... ¡Pero ese no lo tengo yo!
–Lo tenés si abuelo. Poné el 108
–A ver, perá... ¡Vieja! ¡Poné el
108 acá que no entiendo esto! Ahi quedó. Ahh, pero están pasando
un programa de radio.
–Si, pero dejalo ahí que más tarde lo pasan. Te dejo que me voy a la sede.
–Si, pero dejalo ahí que más tarde lo pasan. Te dejo que me voy a la sede.
Luego que la dificil relación entre
una persona mayor y el decodificador terminfara con final feliz,
arrancamos para la sede junto a mi hermana, tan hincha como yo, y mi
amigo Javier, que no es hincha y no sigue mucho al fútbol en
general, pero en esta oportunidad quería estar presente en la
fiesta. Igual, calculo que un poco a Liverpool lo debe querer. Me
acompañaba a verlo en la gloriosa época del fútbol vistoso de
Julio Ribas, en aquellas liguillas que se jugaban en febrero de
noche, por lo que, si era capaz de tolerar aquel “fútbol
espectáculo”de Julio “estoy en guerra” Ribas, sin dudas el de
ahora le debe ser mucho más atractivo.
Llegamos y ya estaba todo instalado:
pantalla, canalera, sillas y bancos, a pesar de que haber arribado
relativamente temprano. Alina Moine de Central Fox nos daba
información del Málaga mientras esperábamos con ansias el partido.
Esta vez la fiesta era aún más completa. No solo había banderas,
camisetas, gorros, bufandas y todo tipo de artilugio de color negro y
azul, sino que también vino la barra con bombo, platillo y
redoblante. Un ingrediente más para que fuera casi lo mismo que
estar en la cancha, cantando con las mismas ganas, sufriendo un
poquito más.
Veíamos como se preparaban los
jugadores en el tunel. Emocionaba esa imágen. Se escuchaban fuertes
aplausos y palabras de aliento de todos los que estábamos en la
sede. Todos los jugadores abrazados mientras Macchi les daba una
charla que escuchaban atentamente. Un privilegio para el resto tener
un compañero como él, que no solo es un gran jugador y gran
persona, sino que, para comprometerse aún más con la causa
negriazul, se sacó, cumpliendo con la promesa de que lo haría si
pasábamos de fase, el pelo rubio sexy que seguramente lo hacía
ganar como loco en los bailes. Envejeció unos 20 años, según
palabras de su propia hija. Un maestro, que lamentablemente no se
salvaría nuevamente de que lo llamaran “Machi”, como suena. Por
cada vez que le decían así se suicidaba un profesor de locución
que enseña la pronunciación del italiano.
Salían a la cancha los cuadros. La
camiseta del Envigado era de un naranja medio feo mezclado con un
rojo peor. Y encima a esos colores los decoraba un short verde. Solo
recuerdo una combinación de colores más antiestética que esa: la
de Arsenal, que es celeste y rojo. Espantosa. Y la suplente de
Banfield1,
que es casi tan fea como la de Envigado, cuando su sponsor era la
multinacional“Lourdes Cerámicas”.
Empezó el partido, medio parejo. El
pasto, de lejos, parecía estar bárbaro. Pero cuando empezaron a
jugar parecía una alfombra. La pelota pasaba como si estuviera
encerada. Era dificil jugar por abajo. Por un momento pensé que
estábamos en la cancha de fútbol 5 de Central Español, pero no. A
los pocos minutos le pegaban tremenda piña en la nuca a Nuñez y no
se cobraba nada. “A este le dicen botija”, tiró el de Fox
sports, un apodo que comparte con otros 845 jugadores uruguayos de su
edad. Parece que quedó medio knock out, porque tuvo que salir
promediando el primer tiempo, dejándole su lugar a Rodrigo Aguirre.
Complicada la cosa, ya que salía el que había sido figura en los
dos partidos con el Universitario de Sucre.
Ellos tuvieron la primer llegada y
definieron medio mordido. Minutos después, Barboza sacó tremendo
zapatazo que casi clava en el ángulo. Pero en el minuto 17 se dio la
primera gran atajada de nuestro golero Matías Castro. Se ve que la
primera le dio muchísima seguridad, porque siguió atajándose todo.
Mendoza le pegó al mejor estilo Roberto Carlos en el mundial 98 y
Castro la sacó con mucha firmeza. “Empezamos a tener una figura en
el partido”, dijo el comentarista. En la primera ya había
levantado aplausos por parte de los presentes en la sede. En la
segunda, varios le habríamos hecho un monumento. Pero claro, todo no
puede hacer. Yulián nos hizo un gol. Si, se llama Yulián. Pensar
que nos burlábamos de Jimmy Schmidt por ese nombre espantoso. Pero
también tienen un “Yulián”. No es Julián ni Giuliano. Es
“Yulián”. Y nos hizo un gol. La vida es injusta Pero Castro
siguió tapándose todo. A los 29 le tapó otra a Morante. Andaba
volando.
Jugamos bastante mal el primer tiempo.
No teníamos mucho la pelota. Y estos colombianos eran rápidos, che.
Le pegaban bastante de afuera. Lo bueno es que en este caso la pelota
no doblaba porque no había altura, pero hacer buen juego en la
cancha de fútbol 5 esa seguía siendo dificil. Igual se notaba que,
a pesar del mal fútbol desplegado, dejábamos todo en la cancha, con
Macchi (o Machi, como suena) a la cabeza. El segundo tiempo sería
complicado.
El cuadro amigo de Escobar empezó a
pizarrear. Entró Enzo Herrera por William Ferreira, que tuvo poca
participación. Gustavo, mi amigo que tiene la camiseta retro y 100%
de efectividad porque nunca vio a Liverpool perder desde que lo
sigue, seguía sin aparecerse por la sede. Tal vez lo habían raptado
los extraterrestres o había sido abordado por menores infractores
inimputables. Qué nervios bo, seguíamos jugando como el orto. ¿Qué
hacemos? Llegó Gustavo con su camiseta. La cábala está presente.
Podíamos llegar a empatar. Tuvimos un par de chances, no muy claras.
Ellos seguían pizarreando, hasta que por suerte uno de ellos hizo
tiempo para tirar un tiro libre y el juez lo expulsó por pelotudo.
Nos quedaban 10 minutos más para empujar.
En una pelota quieta el golero de ellos
salió y le erró a la pelota, o algo así. Yo creí que el hecho de
que no estuviera Jimmy Schmidt nos perjuicaría, porque dificilmente
haya peor golero que él. Pero me equivoqué. Le quedó a Aguirre,
que de pedo y no se sabe bien cómo la empujó para adentro. Estalló
la sede en un grito que duró prácticamente hasta que terminó el
partido. Un gol que vale la tranquilidad para la vuelta, donde vamos
a jugar en una cancha con pasto de verdad y no esa alfombra fea. Un
gol que me dejó prácticamente sin voz y me imposibilitó comentar
el partido en el ómnibus de vuelta sin que se me hiciera burla. ¿Y
qué importa? ¡Liverpool nomá! Seguimos haciendo historia, y no
solo eso, sino que dejamos bien en alto al fútbol uruguayo. Ganamos
con la verdadera mística: jugando como el ojete, dejando cuatro
huevos y sacamos un buen resultado en la hora y con una pelota
quieta. ¡Esto es Uruguay! ¡Anotá, Tabárez!
El gran mérito, a pesar de que Fox
Sports eligió a Rodrigo Aguirre como figura, fue de Matías Castro.
Se tapó todo lo que se le tiró menos el gol, mostró seguridad y se
lo notó muy hablador con la defensa. Felicitaciones para aquel que
antes para el tola “tenía que dar un examen interior consigo mismo
y con la hinchada de Liverpool” y que ahora según el mismo
entrenador es un “golero que tanto a nivel local como internacional
va a dar mucho que hablar” y remarcó que es su año.
Solo logramos la mitad del objetivo.
Ahora tenemos que ir todos a alentar a la revancha.
1En
este link pueden ver la camiseta en cuestión. La de Arsenal calculo
que la conocen todos:
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIC3Q0-mqU5RHiTRxAaewpnMFOQn3JuvSSJzGQDnYOJooi-Yf4A03_diIPeqti92xwfElNw7ubyD-hxrzZVHN0hQKm38YX2aEknzYh3zVK0IqGbHRV2H46ElznJMniid1fzM3DFOqlbdg2/s1600/Banfield_Libertadores2010_JamesRodriguez.PNG