jueves, 30 de agosto de 2012

Sin altura pero con una alfombra gigantezca

–Abuelo, ¿cómo andás? Me imagino que vas a ver el partido –le digo a mi abuelo por teléfono
–No, lo voy a escuchar en radio. No lo pasan –me responde, medio desilusionado.
–¿Cómo que no lo pasan? Si vos tenés cable y tenés el decodificador
–No lo pasan. Puse Fox Sports y dicen que pasan otro.
–Pero abuelo, tenés que poner Fox Sports +. Es otro canal
–Ahhh.... ¡Pero ese no lo tengo yo!
–Lo tenés si abuelo. Poné el 108
–A ver, perá... ¡Vieja! ¡Poné el 108 acá que no entiendo esto! Ahi quedó. Ahh, pero están pasando un programa de radio.
–Si, pero dejalo ahí que más tarde lo pasan. Te dejo que me voy a la sede.

Luego que la dificil relación entre una persona mayor y el decodificador terminfara con final feliz, arrancamos para la sede junto a mi hermana, tan hincha como yo, y mi amigo Javier, que no es hincha y no sigue mucho al fútbol en general, pero en esta oportunidad quería estar presente en la fiesta. Igual, calculo que un poco a Liverpool lo debe querer. Me acompañaba a verlo en la gloriosa época del fútbol vistoso de Julio Ribas, en aquellas liguillas que se jugaban en febrero de noche, por lo que, si era capaz de tolerar aquel “fútbol espectáculo”de Julio “estoy en guerra” Ribas, sin dudas el de ahora le debe ser mucho más atractivo.
Llegamos y ya estaba todo instalado: pantalla, canalera, sillas y bancos, a pesar de que haber arribado relativamente temprano. Alina Moine de Central Fox nos daba información del Málaga mientras esperábamos con ansias el partido. Esta vez la fiesta era aún más completa. No solo había banderas, camisetas, gorros, bufandas y todo tipo de artilugio de color negro y azul, sino que también vino la barra con bombo, platillo y redoblante. Un ingrediente más para que fuera casi lo mismo que estar en la cancha, cantando con las mismas ganas, sufriendo un poquito más.
Veíamos como se preparaban los jugadores en el tunel. Emocionaba esa imágen. Se escuchaban fuertes aplausos y palabras de aliento de todos los que estábamos en la sede. Todos los jugadores abrazados mientras Macchi les daba una charla que escuchaban atentamente. Un privilegio para el resto tener un compañero como él, que no solo es un gran jugador y gran persona, sino que, para comprometerse aún más con la causa negriazul, se sacó, cumpliendo con la promesa de que lo haría si pasábamos de fase, el pelo rubio sexy que seguramente lo hacía ganar como loco en los bailes. Envejeció unos 20 años, según palabras de su propia hija. Un maestro, que lamentablemente no se salvaría nuevamente de que lo llamaran “Machi”, como suena. Por cada vez que le decían así se suicidaba un profesor de locución que enseña la pronunciación del italiano.
Salían a la cancha los cuadros. La camiseta del Envigado era de un naranja medio feo mezclado con un rojo peor. Y encima a esos colores los decoraba un short verde. Solo recuerdo una combinación de colores más antiestética que esa: la de Arsenal, que es celeste y rojo. Espantosa. Y la suplente de Banfield1, que es casi tan fea como la de Envigado, cuando su sponsor era la multinacional“Lourdes Cerámicas”.
Empezó el partido, medio parejo. El pasto, de lejos, parecía estar bárbaro. Pero cuando empezaron a jugar parecía una alfombra. La pelota pasaba como si estuviera encerada. Era dificil jugar por abajo. Por un momento pensé que estábamos en la cancha de fútbol 5 de Central Español, pero no. A los pocos minutos le pegaban tremenda piña en la nuca a Nuñez y no se cobraba nada. “A este le dicen botija”, tiró el de Fox sports, un apodo que comparte con otros 845 jugadores uruguayos de su edad. Parece que quedó medio knock out, porque tuvo que salir promediando el primer tiempo, dejándole su lugar a Rodrigo Aguirre. Complicada la cosa, ya que salía el que había sido figura en los dos partidos con el Universitario de Sucre.
Ellos tuvieron la primer llegada y definieron medio mordido. Minutos después, Barboza sacó tremendo zapatazo que casi clava en el ángulo. Pero en el minuto 17 se dio la primera gran atajada de nuestro golero Matías Castro. Se ve que la primera le dio muchísima seguridad, porque siguió atajándose todo. Mendoza le pegó al mejor estilo Roberto Carlos en el mundial 98 y Castro la sacó con mucha firmeza. “Empezamos a tener una figura en el partido”, dijo el comentarista. En la primera ya había levantado aplausos por parte de los presentes en la sede. En la segunda, varios le habríamos hecho un monumento. Pero claro, todo no puede hacer. Yulián nos hizo un gol. Si, se llama Yulián. Pensar que nos burlábamos de Jimmy Schmidt por ese nombre espantoso. Pero también tienen un “Yulián”. No es Julián ni Giuliano. Es “Yulián”. Y nos hizo un gol. La vida es injusta Pero Castro siguió tapándose todo. A los 29 le tapó otra a Morante. Andaba volando.
Jugamos bastante mal el primer tiempo. No teníamos mucho la pelota. Y estos colombianos eran rápidos, che. Le pegaban bastante de afuera. Lo bueno es que en este caso la pelota no doblaba porque no había altura, pero hacer buen juego en la cancha de fútbol 5 esa seguía siendo dificil. Igual se notaba que, a pesar del mal fútbol desplegado, dejábamos todo en la cancha, con Macchi (o Machi, como suena) a la cabeza. El segundo tiempo sería complicado.
El cuadro amigo de Escobar empezó a pizarrear. Entró Enzo Herrera por William Ferreira, que tuvo poca participación. Gustavo, mi amigo que tiene la camiseta retro y 100% de efectividad porque nunca vio a Liverpool perder desde que lo sigue, seguía sin aparecerse por la sede. Tal vez lo habían raptado los extraterrestres o había sido abordado por menores infractores inimputables. Qué nervios bo, seguíamos jugando como el orto. ¿Qué hacemos? Llegó Gustavo con su camiseta. La cábala está presente. Podíamos llegar a empatar. Tuvimos un par de chances, no muy claras. Ellos seguían pizarreando, hasta que por suerte uno de ellos hizo tiempo para tirar un tiro libre y el juez lo expulsó por pelotudo. Nos quedaban 10 minutos más para empujar.
En una pelota quieta el golero de ellos salió y le erró a la pelota, o algo así. Yo creí que el hecho de que no estuviera Jimmy Schmidt nos perjuicaría, porque dificilmente haya peor golero que él. Pero me equivoqué. Le quedó a Aguirre, que de pedo y no se sabe bien cómo la empujó para adentro. Estalló la sede en un grito que duró prácticamente hasta que terminó el partido. Un gol que vale la tranquilidad para la vuelta, donde vamos a jugar en una cancha con pasto de verdad y no esa alfombra fea. Un gol que me dejó prácticamente sin voz y me imposibilitó comentar el partido en el ómnibus de vuelta sin que se me hiciera burla. ¿Y qué importa? ¡Liverpool nomá! Seguimos haciendo historia, y no solo eso, sino que dejamos bien en alto al fútbol uruguayo. Ganamos con la verdadera mística: jugando como el ojete, dejando cuatro huevos y sacamos un buen resultado en la hora y con una pelota quieta. ¡Esto es Uruguay! ¡Anotá, Tabárez!
El gran mérito, a pesar de que Fox Sports eligió a Rodrigo Aguirre como figura, fue de Matías Castro. Se tapó todo lo que se le tiró menos el gol, mostró seguridad y se lo notó muy hablador con la defensa. Felicitaciones para aquel que antes para el tola “tenía que dar un examen interior consigo mismo y con la hinchada de Liverpool” y que ahora según el mismo entrenador es un “golero que tanto a nivel local como internacional va a dar mucho que hablar” y remarcó que es su año.
Solo logramos la mitad del objetivo. Ahora tenemos que ir todos a alentar a la revancha.
1En este link pueden ver la camiseta en cuestión. La de Arsenal calculo que la conocen todos: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIC3Q0-mqU5RHiTRxAaewpnMFOQn3JuvSSJzGQDnYOJooi-Yf4A03_diIPeqti92xwfElNw7ubyD-hxrzZVHN0hQKm38YX2aEknzYh3zVK0IqGbHRV2H46ElznJMniid1fzM3DFOqlbdg2/s1600/Banfield_Libertadores2010_JamesRodriguez.PNG

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